COLON IRRITABLE ALIMENTACION

Dieta y suplementos para el SII

La búsqueda del mejor tratamiento con dieta para el síndrome del intestino irritable (SII) y los mejores suplementos para el colon irritable, como también se conoce a esta enfermedad, es una constante entre muchos pacientes que no acaban de encontrar una solución satisfactoria a su problema de salud.

¿Qué es Colon Irritable?

El Colon Irritable está considerada una enfermedad crónica que afecta tanto a hombres como a mujeres y para la que los tratamientos médicos actuales están dirigidos al alivio de los síntomas, sin que parezca existir un remedio o cura definitivos para esta patología y entonces surge la pregunta:

¿El Colon Irritable tiene cura?

El síndrome del intestino irritable se diagnostica según los síntomas definidos por los criterios de Roma IV. Estos criterios requieren la presencia de dolor abdominal y alteración de los hábitos intestinales (diarrea, estreñimiento o ambos alternándose) y estos síntomas no pueden estar acompañados de otros que puedan correspondeer a otras enfermedades, como pueda ser como el sangrado rectal, la pérdida de peso o anemia, o síntomas nocturnos. 

Con un cambio en el estilo de vida del paciente, basado en un adecuado descanso, ejercicio, control del estrés, la ansiedad y una adecuada alimentación, se han obtenido asombrosos resultados en pacientes en los que por falta de síntomas, podríamos asegurar que sí, que el colon irritable se cura, así que abordaremos algunas de las claves para que esta enfermedad crónica deje de fastidiarnos durante un largo periodo de tiempo.

Hablaremos pues de la dieta, respondiendo a la eterna pregunta de ¿qué puedo comer para el colon irritable? y también abordaremos los suplementos para el colon irritable que han demostrado tener alguna eficacia en esta enfermedad.

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Tratamiento del Síndrome del Intestino Irritable con dieta y suplementos

El escaso porcentaje de éxito de los medicamentos para el SII predispone al paciente para la búsqueda de terapias alternativas y remedios naturales para el colon irritable, como probióticos y suplementos, o alimentos medicinales.

Entre estos tratamientos, encontramos algunos con evidencia de su efectividad, de los que hablaremos más adelante, pero también otros que son fruto de la superchería, además de no estar avalados por ningún estudio u organismo competente.

Pero veamos que dice la evidencia sobre estos tratamientos y como pueden ayudarnos a mejorar el Síndrome del Intestino Irritable.

La alimentación y algunos suplementos han demostrado ser la mejor estrategia para el tratamiento del Síndrome del Intestino Irritable con dieta y ante la escasa información estructurada que encuentra el paciente cuando es diagnosticado de esta patología, he considerado que esta guía puede serle de utilidad en su búsqueda de tratamientos para el colon irritable con dieta basados en la evidencia científica.

Suplementos para el Colon Irritable

Suplementos de fibra

Aunque la recomendación de fibra para el colon irritable ha sido una constante durante años, los estudios sobre su efectividad adolecen en muchos casos de una metodología correcta y tienen un alto riesgo de sesgo.

No todas las fibras son iguales, y mientras que sobre las fibras solubles parece haber una evidencia de mejora de los síntomas del colon irritable, no parece ocurrir lo mismo con las fibras insolubles, entre las que se incluiría el salvado.

Las fibras solubles absorben el agua y crecen en volumen formando un gel que servirá de alimento para las bacterias intestinales y ayudará también a mejorar la consistencia de las heces.

Los estudios encontraron beneficios significativos con la ingesta de fibras solubles como el Ispaghula o el Psyllium, así como también en el Dextrano de trigo y la Acacia.

Las fibras insolubles (las más leñosas como el salvado) no retienen líquidos y a diferencia de la fibra soluble casi no es fermentada, por lo que simplemente aumentan el volumen de las heces, pero no han demostrado ningún efecto relevante para aliviar los síntomas de colon irritable en los pacientes [1]

Suplementos: Probióticos, prebióticos y simbióticos

La disbiosis o desequilibrio entre nuestras bacterias «buenas» y «malas» en el intestino, favorecen la aparición del Síndrome del Intestino Irritable.

Sabemos que ciertos medicamentos, especialmente los antibióticos, tienen esta capacidad para alterar la microbiota o conjunto de bacterias y otros organismos vivos que conviven con nosotros en nuestro intestino, y para reequilibrar de nuevo la microbiota, los pacientes de colon irritable han recurrido a alguno de estos suplementos, pero que dice la ciencia de ellos ¿son tan efectivos como prometen?

  • Los probióticos son los microorganismos vivos que pueden aportar beneficios para la salud.  Se comercializan muchas variedades diferentes y en numerosas combinaciones y formatos, como las que contienen Lactobacillus sp. , Bifidobacterium sp.  y Streptococcus sp que son las más populares pero, con la evidencia científica actual, se recomiendan con cautela, pues aunque parece claro que aportan beneficios en el Colon Irritable, aún no está claro que combinación o especie específica es la responsable.
  • Los prebióticos son los componentes de los alimentos que los microorganismos intestinales utilizan para alimentarse (básicamente la fibra). Los prebióticos serían como el abono que alimenta y hace crecer el número de «bacterias buenas» en nuestro intestino, pero los estudios, aunque reportan beneficios generales para la salud, no aparece ninguna mejora significativa sobre los síntomas específicos del intestino irritable, no encontrándose en los prebióticos evidencia de mejoría en el dolor abdominal.
  • Los simbióticos son una mezcla de los dos anteriores (prebióticos y probióticos), es decir, fibras + microorganismos vivos, para que actúen en colaboración para equilibrar la microbiota o flora intestinal y aunque mostraron resultados positivos ninguno supuso u efecto estadísticamente significativo en la reducción de los síntomas del colon irritable. [2]

Suplemento Aceite de menta

La evidencia apunta a los beneficios de este popular suplemento entre los pacientes de colon irritable, al haber demostrado que provoca relajación muscular así como cambios en las contracciones y motilidad intestinal y disminución en la sensibilidad al dolor.

Estos efectos sobre la mejora del dolor son de acción rápida, modestos y, por lo general, de corta duración. [3]

Dieta para el Colon Irritable

La mayoría de los pacientes con colon irritable relacionan sus síntomas con algunos alimentos o con determinadas dietas en general, llegando a pensar que padecen algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria.

Es significativa la vinculación de los alimentos muy especiados o con alto contenido en grasas y la manifestación de síntomas grastrointestinales, por lo que los pacientes suelen apartar estos alimentos de su alimentación para el colon irritable, aunque curiosamente, no son los alimentos grasos los que provocarán más sintomas, todo lo contrario, según una encuesta que se realizó a casi 200 pacientes con SII y entre los alimentos que parecían desencadenar más síntomas se informó de los siguientes:

  • Los carbohidratos: Las harinas y derivados: bollería, pan, pasta, pizzas, cereales de desayuno, etcétera.
  • La histamina: Entre los alimentos que contienen histamina encontramos el pescado, los alimentos fermentados, las verduras, el vino y la cerveza. Aunque existen alimentos que no conteniendo una cantidad significativa, pueden provocar la producción de histamina endógena (generada por el propio organismo). Los niveles elevados de histaminas pueden provocar síntomas como dolor abdominal, diarrea y náuseas.

La relación entre sus síntomas y la ingesta de ciertos alimentos, provoca en los pacientes una constante búsqueda de aquellos supuestamente culpables, sin ninguna orientación profesional, por lo que puedan acabar por excluir de la dieta, injustamente, algunos que pueden ser muy interesantes para la salud. [4, 5]

Dietas de exclusión

Las dietas de exclusión siguen el principio de excluir aquellos alimentos que puedan provocar síntomas en los pacientes de SII y entre las exclusiones más conocidas y con evidencia científica encontramos.:

Exclusión de lactosa

Muchos pacientes con SII atribuyen sus síntomas a la leche y a los lácteos en general

Los ensayos más antiguos, aunque de mala calidad, han puesto de manifiesto una mejoría de los síntomas con la restricción de lactosa y lácteos en general, llegándose a pensar que esta respuesta sintomática podría deberse a una deficiencia de lactasa (la enzima que digiere la lactosa y la convierte en azúcar) sin embargo, un estudio que proporcionó suplementó con lactasa a pacientes con colon irritable, no mostró mejoría en los síntomas, y dado que los lácteos no aportan ningún nutriente que no pueda obtenerse de otros alimentos con mayor biodisponibilidad, y parece evidente su implicación en esta y otras enfermedades, parece razonable descartarlos de una dieta saludable y especialmente de la de un paciente con SII . [7]

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Exclusión del Gluten y Fructanos

El gluten es una proteína de difícil digestión, presente en todos los productos derivados de cereales que lo contienen, como el trigo, la cebada, el centeno, el triticale (cruce de trigo y centeno) y algunas variedades de avena.

El gluten resulta pesado para la mayoría de la población, motivo por el que tras una comida en la que este esté presente, no tarde en aparecer la somnolencia, el malestar, los ardores y otras molestias que, en muchos casos, se imputan injustamente a otros alimentos presentes en la mesa.

En ocasiones, encontramos pacientes con un mal diagnostico de Síndrome de Intestino Irritable que, en realidad, padecen otras enfermedades relacionadas con el gluten, como la enfermedad celíaca, la sensibilidad no celíaca al gluten y la intolerancia o alergia al gluten, cuya incidencia ha aumentado en los últimos años, seguramente debido al incremento en el consumo de los derivados de los alimentos que lo contienen, y que representan en muchos casos más del 50 % de las calorías diarias ingeridas por el paciente.

La ingesta frecuente de pan, pasta, pizzas, bollería pueden sensibilizar al consumidor frente al gluten, además de provocar otras patologías como la obesidad y todo el elenco de enfermedades concomitantes, como la inflamación, la diabetes, la hipertensión o el cáncer, así como manifestaciones extra-intestinales como la dermatitis herpetiforme, piel atópica, psoriasis, vitíligo y deficiencias de vitaminas y osteoporosis, por poner algunos ejemplos.

Una dieta libre de gluten no hace desaparecer todos los síntomas, pero sí parece mejorar especialmente a los pacientes con colon irritable en los que predomina la diarrea.

Otra explicación de la evidencia poco convincente de una dieta libre de gluten es que quizás el problema no resida sólo en el gluten, sino en otros componentes de los productos derivados del trigo que causan síntomas: los fructanos

Los fructanos son un conjunto de moléculas de fructosa que están presentes en muchos alimentos y cereales, incluidos el trigo, la cebada, el centeno, la cebolla y el ajo. 
El trigo también contiene otras proteínas llamadas inhibidores de tripsina amilasa, que pueden exacerbar los síntomas gastrointestinales. 

Si tenemos en cuenta que los cereales, además de energía, no aportan apenas ningún otro nutriente interesante que no esté presente, en mayor cantidad y calidad, en otros alimentos más saludables, como las carnes, pescados y verduras y a esto añadimos que los cereales son ricos en otros antinutrientes (fitatos, lectinas, taninos e inhibidores de la proteasa) denominados así por su capacidad de secuestrar nutrientes necesarios para la salud, tal vez lleguemos a la conclusión de que puede ser una buena estrategia excluirlos de la dieta y, especialmente, de la alimentación de un paciente con Síndrome del Intestino Irritable, Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa y otras tantas patologías intestinales.

También parece razonable excluir de la dieta los alimentos ricos en fructanos, con independencia de su contenido en gluten, y especialmente la cebolla y el ajo.

Algunos alimentos ricos en fructanos son:

  • Vegetales: ajo, alcachofa, achicoria, agave, brócoli, cebolla, col, coles de Bruselas, espárragos, guisantes, puerro, remolacha e hinojo.
  • Cereales: Trigo, centeno, cebada y kamut
  • Frutas: plátano maduro, dátiles, higos secos, ciruelas, uva pasas, pomelo, sandía, etc.
  • Frutos secos: anacardos y pistachos

[7, 8, 9, 10, 11, 12]

Dieta baja en FODMAP

Este acrónimo tan raro no es más que la abreviatura de las palabras inglesas Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles, que no son otra cosa que un grupo de carbohidratos que pueden ser mal tolerados por los pacientes de colon irritable. Se detallan a continuación:

  • Oligosacáridos: Entre los alimentos que contienen oligosacáridos encontramos las cebollas, chalotas, ajo, cebada, repollo, alcachofas, espárragos, frijoles y garbanzos.
  • Monosacáridos: Los alimentos que contienen monosacáridos como la fructosa (un «azúcar» presente en los vegetales, las frutas y la miel) y son ricas en fructosa las manzanas, las peras, la sandía y el mango.
  • Disacáridos: Están formados por la unión de dos monosacáridos y entre ellos encontramos:
    • Sacarosa (Glucosa + Fructosa): se trata del azúcar común de mesa.
    • Maltosa: Un azúcar vegetal, formado por Glucosa + Glucosa, y que se encuentra principalmente en el almidón.
    • Lactosa: El azúcar de la leche, formado por Glucosa + Galactosa.
  • Polioles: Los encontramos sobre todo en los edulcorantes acabados en «tol», como el eritritol, maltitol, isomalt, lactitol, maltitol, manitol, sorbitol o el xilitol.
Los FODMAP inducen, en pacientes con Síndrome del Intestino Irritable,  efectos en el intestino delgado y el colon, que provocan dolor, gases, distensión abdominal y movimientos intestinales alterados.

Los alimentos con alto contenido de FODMAP parecen ejercen efectos indeseables sobre el colon a través de la fermentación bacteriana, que produce niveles más altos de hidrógeno y gas metano. 

Los niveles más altos de hidrógeno se han relacionado con el colon irritable con diarrea, mientras que los niveles altos de metano se vinculan con el colon irritable con estreñimiento.

La dieta baja en FODMAP consiste, básicamente, en ir probando, mediante la eliminación y la reintroducción de grupos de alimentos, hasta encontrar aquellos que provocan los síntomas, para eliminar sólo estos de la dieta.

El período de eliminación de alimentos dura de 4 a 6 semanas, periodo que se considera suficiente para para identificar la sensibilidad de los pacientes a los FODMAP.

Aquellos que no mejoran No continúan la dieta y probarán nuestras estratégias, mientras que en los pacientes que responden bien y mejoran sus síntomas, pasarán a una segunda fase de la dieta, la de la reintroducción de alimentos, con el objetivo de identificar la sensibilidad a los mismos y hacerla lo menos restrictiva posible.

La dieta baja en FODMAPs es una dieta algo compleja de implementar sin asesoramiento y puede resultar también algo pesada para muchos pacientes, al ver como se eliminan de su dieta los lácteos, los derivados de las harinas (cereales, pan, pizza, bollería, dulces, etc.) así como algunas frutas y verduras y la mayoría de los edulcorantes, por lo que ha de estar supervisada por un dietista o profesional competente de la nutrición. [13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26]

Concluyendo

Los cambios en el estilo de vida y en la dieta, el uso de suplementos como la fibra soluble, el aceite de menta, los probióticos y la eliminación del gluten, la lactosa o los fructanos de la dieta, son alguna de las herramientas al alcance de los pacientes con SII, para mejorar sus síntomas aunque, desgraciadamente, no existe ninguna característica que nos permita predecir la respuesta del paciente a estas estrategias en la dieta.

La dieta baja en FODMAP está considerada como la principal estrategia para el tratamiento con dieta del colon irritable y la evidencia parece apuntar a que con esta se obtienen mejores resultados que con los tratamientos médicos disponibles.

Resaltaré de nuevo la importancia de un correcto diagnostico para no confundir el Síndrome del Intestino Irritable, conocido popularmente como Colon Irritable, con otras patologías que cursan con síntomas similares, como el SIBO/IMO y otras de carácter autoinmune como las Enfermedades Inflamatorias Intestinales, entre las que destacan la Enfermedad de Crohn, la Colitis Ulcerosa o la Colitis Microscópica.

Espero que hayas encontrado de interesante este trabajo y te dejo con algunas lecturas relacionadas que espero te resulten igualmente interesantes.

Referencias

1. Nagarajan N, Morden A, Bischof D, et al. The role of fiber supplementation in the treatment of irritable bowel syndrome: a systematic review and meta-analysis. Eur J Gastroenterol Hepatol. 2015;27(9):1002–1010. doi:10.1097/MEG.0000000000000425 [PubMed]

2. Ford AC, Harris LA, Lacy BE, et al. Systematic review with meta-analysis: the efficacy of prebiotics, probiotics, synbiotics and antibiotics in irritable bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther. 2018;48(10):1044–1060. doi:10.1111/apt.15001 [PubMed]

3. Khanna R, MacDonald JK, Levesque BG. Peppermint oil for the treatment of irritable bowel syndrome: a systematic review and meta-analysis. J Clin Gastroenterol. 2014;48(6):505–512. doi:10.1097/MCG.0b013e3182a88357 [PubMed]

4. Bohn L, Störsrud S, Liljebo T, et al. Diet low in FODMAPs reduces symptoms of irritable bowel syndrome as well as traditional dietary advice: a randomized controlled trial. Gastroenterology. 2015; 149(6):1399–1407 e2. doi:10.1053/j.gastro.2015.07.054 [PubMed]

5. Lenhart A, Ferch C, Shaw M, et al. Use of Dietary Management in Irritable Bowel Syndrome: results of a Survey of Over 1500 United States Gastroenterologists. J Neurogastroenterol Motil. 2018;24(3):437–451. doi:10.5056/jnm17116  [PubMed]

6. Ali A, Weiss TR, McKee D, et al. Efficacy of individualised diets in patients with irritable bowel syndrome: a randomised controlled trial. BMJ Open Gastroenterol. 2017;4(1):e000164. doi:10.1136/bmjgast-2017-000164   [PubMed]

7. Lisker R, Solomons NW, Briceño RP, Mata MR. Lactase and placebo in the management of the irritable bowel syndrome: a double-blind, cross-over study. Am J Gastroenterol. 1989;84(7):756–762. [PubMed

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10. Biesiekierski JR, Newnham ED, Irving PM, et al. Gluten causes gastrointestinal symptoms in subjects without celiac disease: a double-blind randomized placebo-controlled trial. Am J Gastroenterol. 2011;106(3):508–14; quiz 515. doi:10.1038/ajg.2010.487 [PubMed]

11. Dionne J, Ford AC, Yuan Y, et al. A Systematic Review and Meta-Analysis Evaluating the Efficacy of a Gluten-Free Diet and a Low FODMAPs Diet in Treating Symptoms of Irritable Bowel Syndrome. Am J Gastroenterol. 2018;113(9):1290–1300. doi:10.1038/s41395-018-0195-4 [PubMed]

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18. Zhang Y, Feng L, Wang X, et al. Low fermentable oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides, and polyols diet compared with traditional dietary advice for diarrhea-predominant irritable bowel syndrome: a parallel-group, randomized controlled trial with analysis of clinical and microbiological factors associated with patient outcomes. Am J Clin Nutr. 2021;113(6):1531–1545. [PubMed

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25. Rossi M, Aggio R, Staudacher HM, et al. Volatile Organic Compounds in Feces Associate With Response to Dietary Intervention in Patients With Irritable Bowel Syndrome. Clin Gastroenterol Hepatol. 2018;16(3):385–391 e1. doi:10.1016/j.cgh.2017.09.055 [PubMed]

26. Eswaran S, Farida JP, Green J, et al. Nutrition in the management of gastrointestinal diseases and disorders: the evidence for the low FODMAP diet. Curr Opin Pharmacol. 2017;37:151–157. doi:10.1016/j.coph.2017.10.008 [PubMed]

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