La relación entre la alimentación y la salud mental es cada vez más evidente, y existen numerosos nutrientes que pueden influir positivamente en nuestro bienestar emocional. Por ejemplo, el omega-3, el magnesio, el zinc, la vitamina D y el glutatión son solo algunos de los nutrientes que pueden mejorar la salud mental. Además, la dieta paleo puede proporcionar una buena fuente de estos nutrientes esenciales. También es importante tener en cuenta la bidireccionalidad entre el cerebro y el intestino, y cómo ciertos alimentos pueden afectar a nuestra microbiota intestinal y, por lo tanto, a nuestra salud mental. En definitiva, una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para mantener una buena salud mental y emocional.